Principios

Slow Medicine rescata la primacía del tiempo en la ciencia y en el arte de cuidar. Tiempo para escuchar, tiempo para reflexionar, tiempo para construir relaciones sólidas y duraderas entré médicos, pacientes, familia y comunidad.

Se trata de una filosofía y de una práctica médica que busca ofrecer el mejor cuidado al paciente, basándose en las mejores evidencias científicas, centrando el foco en el paciente y en sus valores, elaborando decisiones ponderadas y cautelosas, siempre que sea posible.

Proponemos un cuidado que busque la tecnología apropiada a la singularidad de cada paciente y de situación vivencial, teniendo como premisa que o siempre hacer más significa hacer lo mejor.

Los 10 principios de Slow Medicine

1. Tiempo

Tiempo para escuchar, para entender, para reflexionar. Tiempo para consultar y tomar decisiones.

La toma de decisiones mejora cuando los médicos dedican su tiempo y su atención al paciente.

2. Individualización

Cuidado personalizado, justo y apropiado.

La individualidad de generalidad.

El paciente debe ser el foco de la atención y su punto de vista y sus valores son fundamentales.

3. Autonomía y autocuidado

Decisiones compartidas, los puntos claves son los valores, expectativas y preferencias del paciente.

En esto están envueltos el ambiente del paciente, su familia, vecinos, amigos y otras fuentes de soporte o apoyo.

4. Concepto positivo de la salud

En este concepto de salud, que trasciende el antiguo concepto de salud de la OMS (“un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente ausencia de afecciones o enfermedades”).

El foco es el autocuidado y la resiliencia, con énfasis en la salud y no en la enfermedad, abordando los cuidados de salud y la prevención de enfermedades, además del mantenimiento de la calidad y accesibilidad de los cuidados.

5. Prevención

Alimentación saludable es la prescripción básica para una vida saludable. Actividad física regular, pensamiento positivo y flexibilidad mental son esenciales para mantener nuestros cerebros saludables.

6. Calidad de vida

Hacer más no siempre significa hacer mejor.

Más que Cantidad se debe enfocar en la calidad y en la aceptación del inevitable.

Se debe siempre considerar el arte médico de no intervenir – la sabiduría de la observación clínica.

7. Medicina integrativa

Lo mejor de dos mundos: la medicina tradicional (siempre que sea indicada) y la medicina complementaria (cuando sea posible y preferencialmente basada en evidencias).

Seguridad en primer lugar, eficacia (cuando sea posible) sin el uso de metáforas de lucha o guerra contra la enfermedad. Las palabras de orden son recuperación, equilibrio, armonía.

8. Seguridad en primer lugar

Recuerda el juramento hipocrático:

“PRIMUM NON NOCERE ET IN DUBIO ABSTINE”

Lo primero ante todo es no hacer daño, en caso de duda, abstenerse de intervenir.

9. Pasión y compasión

Rescatar la pasión por el cuidar y el sentimiento de la compasión en la atención médica.

Buscar incansablemente a la humanización de los cuidados a la salud

10. Uso parcimonioso de la tecnología

“La tecnología debe servir al hombre”.

Las nuevas tecnologías deben cumplir sus objetivos de auxiliar a la persona en el autocuidado y auxiliar al médico a tomar las mejores decisiones para su paciente, que busquen primordialmente mejorar su calidad de vida.