La salud se trata de vida

Para comprender de lo que estamos hablando, es necesario hacer una breve introducción sobre el concepto de salud, la cual su definición va mas allá de este breve articulo, sobre el se han escrito un mar de palabras, pero por cuanto es de nuestro interés inmediato, nos basta con recordar que: la salud es un sentimiento subjetivo de bienestar, que surge de la interacción de factores biológicos, ambientales, psicológicos, espirituales y sociales. Utilizar la palabra “emerger” no es accidental, la salud de hecho es la expresión de una propiedad emergente, es decir, una propiedad colectiva que no tiene vida propia, no es localizable y no tiene una definición única, surge, es decir, se manifiesta subjetivamente como resultado de la interacción de múltiples factores que afectan la vida en todos innumerables aspectos, de este crisol de relaciones, de un continuo cambio, se manifiesta el sentimiento subjetivo de bienestar o malestar, caracterizado por una infinita graduación de estados emocionales en los cuales por conveniencia y por sencillez hemos dado el nombre de salud.

En este punto es natural preguntarse: ¿Cuáles son los factores que determinan el estado de salud?

Se cree que todos los estados de malestar (enfermedades) tienen una causa biológica y puedan ser enfrentados por la medicina con fármacos, procedimientos médicos e intervenciones quirúrgicas, pero de hecho no es así. La contribución de los factores sociales y ambientales sobre nuestro estado de salud es de gran importancia y se estima entorno del 45 al 60%

Entendamos, la aportación de la medicina es esencial para nuestra salud, la posibilidad de acceder a los servicios de salud de buena calidad para todas las personas que lo necesitan es uno de los mas importantes indicadores de progreso social y civil. Sin embargo, no debemos olvidar que la medicina afecta en nuestro estado de salud solo en un 15 al 25 %. En consecuencia, para preservar la salud no podemos limitarnos solo a la medicina, debemos ocuparnos también de lo demás.

¿De que cosa, en particular?, debemos devolver nuestra atención a todo aquello que distingue la vida, dado a que gran parte de nuestro bienestar o malestar depende de como se gestionen las actividades humanas y de nuestros comportamientos, en particular de cuanto se refiere a:

• El respeto por el ambiente y la biodiversidad

• El modo de construir las casas y diseñar la ciudad

• Los modelos de producción agrícola y el modo de alimentarnos

• La desigualdad social, la educación y la ocupación

• Los modelos a través de los cuales son gestionadas las organizaciones

• El consumismo, incluyendo lo correspondiente a la salud

• La capacidad de autorregular nuestras propias emociones

Es de esto que se quiere ocupar la Escuela para la salud, ¿Como?

Enfoque complejo: analítico y sistémico

Desde el punto de vista metodológico, la Escuela para la Salud es adoptada de un enfoque complejo que, en resumen, significa observar la realidad desde dos perspectivas diferentes, pero complementarias: la prospectiva analítica y la sistémica, cada una de las cuales hace uso de una amplia gama de métodos, conocimientos y habilidades.

El enfoque analítico (mecanicista) nace con Galileo y Newton, constituye el fundamento del pensamiento científico, se basa de la idea de que todos los fenómenos se rigen de precisas leyes mecánicas y que para entender su funcionamiento es necesario analizar los componentes de los cuales se constituyen hasta el más mínimo detalle, de ahí el nombre de reduccionismo.

Este enfoque ha conseguido extraordinarios resultados y ha contribuido de forma fundamental al desarrollo del conocimiento en todas las áreas del conocimiento y al crecimiento de nuestro bienestar. Sin embargo, basta observar a su alrededor para entender que no todos los fenómenos pueden rastrearse hasta las propiedades de los elementos de los cuales se originan Una neurona no piensa por si sola, el pensamiento no se puede reconstruir analizando el funcionamiento de las neuronas, por que no es una propiedad individual, sino que nace de la interacción. Si la estructura que los conecta y les permite intercambiar información se altera o rompe, el efecto también desaparece inmediatamente.

El pensamiento, entonces, no es localizable y no se puede rastrear hasta las propiedades de los elementos de los que surge. Incluso el conocimiento mas detallado de las sinapsis no nos ayuda a entender los trastornos mentales y viceversa, la psicoterapia no puede ser utilizada para explicar el funcionamiento de las neuronas. Los trastornos mentales no violan las leyes de la química, física y de la biología, pero no se pueden ser explicados por ellas; son aspectos irreductibles de la misma realidad.

Adoptar una visión sistemática de la vida significa darse cuenta de que la realidad no se puede conocer limitándose a estudiar la propiedad de los elementos que la constituyen. Como nos recuerda Pierluigi Luisi.-“esta siendo cada vez mas evidente que los problemas de nuestra época- energía, ambiente, cambio climático, seguridad alimentaria, seguridad financiera- no puede ser estudiados por separado, en cuanto a que son problemas sistémicos, es decir, están todos interconectados y son interdependientes”

Lo que importa no son los objetivos sino las infinitas configuraciones que describen sus interacciones y que definen sistemas. Lo que vemos que vemos no es la representación mental de un modo detrás del cual se esconde una realidad misteriosa e intangible” el pegamento que tienen juntas las estrellas y las anemonas de mar, los bosques de secuoyas, las comisiones y las instituciones humanas”

Es aquí cuando para percibir la realidad y con ella la salud, es necesario utilizar una doble perspectiva: analítica y sistémica.