Breve historia del movimiento Slow Medicine en el mundo

TEXTO POR DR. JOSÉ CARLOS CAMPOS VELHO

Traducción por Dra. Sabrini Novaes

“Nada es tan útil al hombre como la resolución de no tener prisa.”

H.D. Thoureau.

La primera referencia al término Slow Medicine fue en el artículo del cardiólogo italiano Alberto Dolara, publicado en el 2002, en un suplemento del Italian Heart Journal, llamado “Invitation to a Slow Medicine”. El artículo está en italiano y la revista actualmente no es más publicada sob este nombre. Hoy es el Journal of Cardiovascular Medicine, lo que dificulta la búsqueda del artículo original en su totalidad. El Dr. Dolara destaca la aparición del movimiento Slow como contraparte del “impulso constante de aceleración en la sociedad moderna”. Sugiere que diferentes áreas como la medicina preventiva, la oncología, las enfermedades infecciosas y crónicas, la atención a los ancianos y al final de la vida, podrían beneficiarse de un enfoque más reflexivo y cauteloso. También se cuestiona la participación de los medios de comunicación en la difusión de nuevas tecnologías y los “milagros” de la medicina moderna. Dolara dice que “los problemas de salud van más allá de cuestiones organizativas, también son emocionales, familiares, económicos y requieren tiempo de los profesionales de la salud, capacidad de escucha y reflexión crítica, implicación de especialistas y otros profesionales, buscando siempre una práctica basada en la evidencia e información actualizada.“

Las raíces de la filosofía Slow Medicine también provienen de Italia. Se trata del movimiento Slow Food, fundado por Carlo Petrini, en 1986, en Bra, en Piamonte.

“Slow Food nace como una asociación “enogastronómica”(vino y comida) con el objetivo inicial de apoyar y defender la buena mesa, el placer gastronómico y un ritmo de vida más pausado. Posteriormente, esta iniciativa se amplió para incluir la calidad de vida y, como consecuencia lógica, la propia supervivencia del planeta en el que vivimos”.

En 2005, en su libro Slow, Carl Honoré tiene un capítulo dedicado a la Slow Medicine. El título del capítulo es “Medicina: los médicos y la paciencia” y comienza con una cita de un proverbio inglés que dice “el tiempo es una excelente cura”. El autor se ocupa principalmente de técnicas alternativas y relata sus experiencias personales con prácticas complementarias, cuestionando las prisas y la falta de atención y cuidado que encontró en el sistema de salud tradicional en Inglaterra. El libro disecciona la filosofía Slow en múltiples escenarios, comida, ciudades, sexualidad, trabajo, ocio.

El libro del Dr. Dennis McCullough, My mother Your mother, publicado en 2008, fue el siguiente hito en la evolución del concepto de Medicina Lenta, esta vez aplicando sus principios al cuidado de los ancianos. La práctica clínica del Dr. Dennis está en geriatría y medicina familiar. En el prefacio del libro, el Dr. Dennis cuenta cómo se inspiró en una vieja película japonesa, La balada de Narayama, donde los hijos llevan a los ancianos a la montaña de Narayama, cuando cumplan 70 años. Allí encontrarán a sus antepasados ​​y a los dioses, es decir, la muerte. El libro utiliza esta película como metáfora de la realización del cuidado de los ancianos en su etapa final de vida por parte de sus seres queridos. Hace un análisis profundo, conmovedor y paradójicamente práctico de afrontar las situaciones que se suceden a medida que pasa el tiempo y el anciano se hunde progresivamente en una situación de dependencia. El enfoque de Slow Medicine es el hilo conductor que permite seguir este camino de la forma más armoniosa, estructurada y serena posible.

Al mismo tiempo, el Dr. Ladd Bauer publicó el editorial “Slow Medicine” en el Journal of Alternative and Complementary Medicine. En este artículo, el Dr. Ladd habla sobre la práctica médica actual, basada en la tecnología y la eficiencia, y la importancia de rescatar el tiempo en el establecimiento de relaciones fructíferas entre el profesional de la salud, el paciente, la familia y la comunidad. Sugiere “que podemos esperar, considerar, tomar medidas y actitudes cautelosas y reflexivas o incluso no hacer nada en lugar de hacer algo caro y agresivo, sobre todo si tenemos dudas”. Propone una reflexión sobre las decisiones compartidas, el papel de los especialistas y la tecnología, pensando siempre en la satisfacción del paciente. Aborda el tema del tratamiento del cáncer, donde la consideración de las decisiones a tomar debe ser la norma, así como Slow Medicine como estrategia colaborativa entre la medicina ortodoxa y la medicina complementaria.

El grupo italiano de Slow Medicine es probablemente el más activo del mundo, con varios congresos celebrados y participación en varias campañas…

En 2010, Katy Butler publicó un artículo en el New York Times, contando la historia de los últimos años de su padre. Posteriormente, en 2013, publicará el libro Tocando las puertas del cielo, donde se desarrollan ampliamente las ideas que señaló en su artículo. Su padre, Jerry Butler, profesor retirado de la Wesleyan University, Connecticut, sufrió un derrame cerebral y posteriormente se le implantó un marcapasos permanente durante una cirugía de hernia inguinal. Como resultado de isquemias múltiples que se vio afectado, desarrolló una condición de demencia vascular. La presencia de un marcapasos pudo haber influido en su larga supervivencia, lo que derivó en un deterioro paulatino de su calidad de vida y un progresivo compromiso de su dignidad debido a la trágica evolución de la demencia. Katy Butler se pregunta profundamente sobre la tecnología médica y los caminos tortuosos y dolorosos que la “Fast Medicine” puede representar para las personas al final de sus vidas.

La primera Sociedad de Medicina Lenta se formó en Italia, en Turín, en enero de 2011. En esta ocasión, se produjo el Manifiesto de Slow Medicine multilingüe, se inició la planificación de las actividades del grupo. La primera actividad oficial del movimiento tuvo lugar en Ferrara, el 29 de junio de 2011, con el objetivo de reunir a los profesionales que se identificaron con la propuesta y difundir su filosofía. En noviembre del mismo año tuvo lugar el primer congreso de Slow Medicine en Italia, en Turín, con la presencia del Dr. Alberto Dolara y Carlos Petrini. Cerca de 300 personas participaron en el Congreso.

El grupo italiano de Slow Medicine es probablemente el más activo del mundo, con varios congresos celebrados y participación en varias campañas, entre las que se encuentran las “Choosing Wisely Italy – Fare di più non significa fare meglio”, actualmente en proceso de rápida implementación.

En 2012, Victoria Sweet publica God’s Hotel, que cuenta su historia de más de 20 años en el Hospital Laguna Honda en San Francisco, California. La Dra. Sweet desarrolló una idea única y particular de Slow Medicine, basada en su experiencia con pacientes hospitalarios y sus estudios de historia médica. El tiempo que tuvo para cuidar a los pacientes fue largo. Esto permitió una evaluación cuidadosa, facilitó el abordaje diagnóstico y una terapia individualizada, que no siempre estuvo dentro de los cánones habituales. Al ser una institución pública, inicialmente no hubo presión para una mayor rotación de pacientes. La larga estancia de los pacientes en el hospital generó cercanía y complicidad entre ellos, los médicos y empleados de la institución. Fácil de leer, el libro es rico en descripciones de casos clínicos y conmovedor en su llamado al rescate de una medicina profundamente humana y compasiva.

Richard Smith publica en un blog de British Medical Journal, en diciembre de 2012, el artículo “The case for Slow Medicine” donde habla sobre la campaña Choosing Wisely en Estados Unidos y el movimiento Slow Medicine en Italia. Dice que tiene pocas dudas de que Slow Medicine es la mejor forma de medicina para el siglo XXI.

En 2014 se creó en Holanda un instituto de Slow Medicine, con el objetivo de promover esta filosofía en ese país. El sitio web www.slowmedicine.nl tiene una pequeña parte traducida al inglés – sus 10 principios y el resto en holandés. El Instituto busca promover y fortalecer la Slow Medicine y sus 10 principios a través de la concienciación, la educación, la investigación y la cooperación internacional. Actualmente están desarrollando un proyecto denominado “Healthy city”, que busca aplicar los principios de Slow Medicine en el entorno urbano – más tiempo, más autonomía, la seguridad primero y un enfoque preventivo e integral de la salud – fomentando cambios de comportamiento y el desarrollo de Hábitos saludables en la población. La ciudad de Alphen aan den Rijn fue la primera en adoptar este programa.

Drs. Pieter Cohen, Michael Hochman y Rachael Bedard crearon el sitio web Updates in Slow Medicine y su página de Facebook en octubre de 2014. Se trata de una iniciativa muy interesante, que utiliza Internet para difundir la estrategia de Slow Medicine, a través del análisis literatura médica, hechos destacados de eventos y análisis de pautas, siempre bajo la atenta mirada de Slow Medicine. La página permite suscribirse al correo directo del sitio web, y los autores envían regularmente correos electrónicos comentando temas actualizados y de gran relevancia.